Cristo de La Agonia

Paso actual. Dentro de la Catedral

La Magdalena

Boceto de María Magdalena

Paso completo

Paso Completo. Instantánea tomanda antes de 1967

Detalle

Primer plano de María Magdalena

Plano del Cristo.

Paso actual, fotografia para el museo de la Semana Santa.

Paso actual en la Ante Plaza.

Cristo de Marfil en la Cruz de Coullaut-Valera

Detalle nocturno del Paso.



ESCULTOR

Se crió en el estudio de su padre, entre barro y escayola, rodeado de tallas de madera, de estatuas de bronce y de figuras de piedra, y allí, de la mano de tan insigne maestro, adquirió los conocimientos técnicos que el oficio requiere. Descendiente del novelista Juan Valera, Federico Coullaut Valera, se inclinó por seguir la llamada del arte que fluía en sus venas, ya la muerte de su padre, acaecida en 1932, el hijo, se vio en la tesitura de concluir el inacabado monumento a Cervantes de la plaza de España de Madrid con 24 figuras de cuatro metros de altura. Se instaló en Bruselas una réplica de su Don Quijote y Sancho Panza en una nueva plaza de España en la capital belga.

"Siempre he vivido del encargo", se lamentaba el maestro sin rastro de amargura. "Es por eso por lo que casi no tengo obra propia". Y puesto a aceptar encargos, llegó a realizar una gigantesca estatua ecuestre del anterior jefe del Estado (la más grande de España), que todavía debe permanecer instalada en El Ferrol.Y en verdad, su prolífica obra se yergue aquí y allá en los lugares más inauditos: treinta y tantos pasos de Semana Santa, cada uno de ellos compuesto por una docena de figuras policromadas, se desperdigan por la zona de Levante; millares de bustos de asombroso parecido ennoblecen otros tantos domicilios particulares, en España y en el extranjero; ocho obispos gigantes hacen guardia ante el frontispicio de la Diputación Provincial de Soria; su colosal Carlos III desafía los elementos en Los Ángeles, en Corpus Christi (California) y en la Embajada de España en Washington; su mujer alada parece a punto de remontar el vuelo desde la cúpula del edificio Metrópolis, en la intersección de la Gran Vía con Alcalá, y en el Retiro destaca el conjunto dedicado a los hermanos Quintero, o su Pío Baroja, que diríase de carne y hueso, con su boina y su bufanda...

"La gente pasa por delante de las esculturas, pero nadie se fija en la firma del autor; los escultores somos seres anónimos y desconocidos", decía Coullaut Valera.

"El prendimiento". Año 1942. Medalla de Oro en la II Exposición Nacional de Estampas de la Pasión.

La tarjeta de presentación conquense de Federico Coullaut Valera fue nada menos que el impresionante "Ecce-Homo de San Miguel", 1941.

En 1945 la Junta de Cofradias decide encargar una talla grande del Cristo de la Agonía. Su obra es realista al máximo en el impecable estudio anatómico del crucificado, cuidado en su policromía que no distorsiona sino acentúa la fuerza de autenticidad. Un Cristo de 1,90 metros, clavado en una Cruz de 3,73 metros.

La mañana del Viernes Santo de 1946 saluda la primera aparición procesional de la Imagen del Santísimo Cristo de la Agonía de Federico Coullaut-Valera por las calles y plazas de la Cuenca eterna, muy noble, muy leal, heroica, fidelísima; en ese día, por excepción, la añeja ciudad deja de ser impertérrita, cual figura en su escudo, para conmoverse y rezar con pétrea voz a su Cristo en Agonía.

Dicen que el escultor, viéndolo pasar, no pudo contener la emoción desde lo más profundo y lloró lágrimas de gratitud ante lo que ya era mucho más que su obra. El, privilegiado sin pretenderlo, lo sabía desde el principio: sólo y solo era el ejecutor de una inspiración transcendental.

En 1947, se le encarga una dolorosa, la actual Soledad de San Agustín, en ese mismo año tambien entrega "Jesús con la Caña". En 1965, entregaría las figuras de Jesús Orando en el Huerto y el Ángel para la Cofradia hortelana conquense del Jueves Santo.

En 1955, llegarían las Imágenes de la Santísima Virgen, que mide 1,74 metros de altura sin peana; con ésta pasa a 1,83 metros, San Juan 1,82 metros de estatura sin peana y con peana 1,92 metros y María Magdalena para nuestro Paso de La Agonía. Sus pesos: San Juan pesa 85,5 kilos;la Virgen pesa 68 kilos y la Magdalena 113 kilos.

Su último trabajo para la Semana Santa de Cuenca, fueron la cruz y las andas destinadas a la definitiva recuperación procesional de nuestro queridísimo Cristo de la Agonía de Marfil, además de la restauración del mismo.

LLaman la atención las magníficas tallas de los cuatro medallones de la Cruz, para los que Don Federico cambió su primer proyecto (cuatro ángeles) transformándolo en otra idea mejor, con las figuras de los cuatro Evangelistas en actitud de escribir y con sus correspondientes símbolos, al frente, en el envés, las tres Virtudes Teologales y el escudo de la Hermandad con Cuenca al fondo. También destaca el delicado friso de golondrinas que exorna las andas.

En 1989, fallece en su casa de la Granja de San Ildefonso (Segovia), habiendo recibido los Santos Sacramentos y la bendición de su Santidad.